domingo, 30 de noviembre de 2008

LEYENDA DE SARA KARI






La leyenda de Sara Kali
Uno de los argumentos favoritos de aquellos que sostienen el origen hindo-europeo de los gitanos es la leyenda de Sara kali, a través de la cual hilvanan sin esperanza las mas absurdas teorías tratando de relacionarla con la sanguinaria Kali de la India. Tales estudiosos especulan con la coincidencia de los nombres, como sigue: "Sara kali era negra; Kali es una deidad india negra; por lo tanto, Sara kali es la Kali india";ésta manera de razonar es similar a la siguiente:"Elvis Presley murió en Memphis; Memphis es en Egipto; entonces, Elvis Presley murió en Egipto"...No, esta comparación no es exagerada, es muy objetiva, porque ellos no han investigado si hay alguna relación real entre las dos Kalis, ni tampoco tienen en cuenta que la leyenda de Sara kali e absolutamente desconocida por la gran mayoría de los gitanos (que tampoco tienen alguna leyenda similar). Ahora consideremos cuál es el origen de ésta leyenda, y su relación con los gitanos, citando el documento mas antiguo que tenemos:«Una de las personas de nuestro pueblo que recibió una de las primeras revelaciones fue Sara la kalí. Ella era de cuna noble y era jefe de su tribu en la cuenca del Ródano. Ella conocía los secretos que le habían sido transmitidos... Los gitanos en aquél tiempo practicaban la idolatría, y una vez al año ellos ponían sobre sus hombros la estatua de Ishtari [¡Astarte!] e iban al mar a recibir la bendición allí. Un día Sara tuvo visiones que le informaron que las santas que habían presenciado la muerte de Jesús estaban llegando, y que debía ayudarlas. Sara las vio llegar en una barca. El mar estaba embravecido, y la barca parecía que iba a hundirse. Sara extendió su vestido sobre las aguas y, usándolo como flotador, llegó hasta donde estaban las santas y las ayudó a llegar a la tierra firme».(Franz de Ville, "Tziganes", Bruselas, 1956).Es interesante que los gitanos, no habiendo leído la Biblia en aquél tiempo (era imposible, porque estaba escrita en latín y prohibida al alcance del pueblo; lo que es mas, casi toda la gente era analfabeta, y los gitanos aún mas), hayan tenido conocimiento de la diosa cananeo-babilónica Ishtar! Ellos no sabían nada de Lakshmi, Parvati, Indrani, Annapurna, o algún otro ídolo de la India, pero conocían a Ishtar, que por aquél tiempo, cuando los gitanos llegaron a Europa, ya no era conocida bajo ese nombre desde hacía al menos un milenio! El relato es fidedigno, pues el nombre "Ishtari" no puede haber sido inventado por el autor, el nombre suena como una palabra auténticamente gitana. Ishtar había sido de hecho adorada por los antiguos israelitas del Reino de Samaria, aquellos que fueron deportados por los asirios y llegaron a la India. También es notable el hecho que los gitanos ya en aquellos tiempos habían reconocido que la religión católica romana consistía en reemplazar los ídolos paganos con los santos pero manteniendo los mismos rituales, y el culto de María era exactamente el mismo que el de Ishtar.Otro detalle (ignorado a propósito) es que el carácter de Sara kali es completamente el opuesto del de la india Kali, pues ella (Sara) se presenta como una creyente generosa. Los estudiosos que afirman que los gitanos una vez eran devotos de Kali muestran en realidad cuánto ellos ignoran el carácter de la cultura romaní: los gitanos jamás adorarían una deidad de la muerte, la violencia y la destrucción! Mucho menos cuando tal culto implica actos de promiscuidad sexual! Adjudicar un tal pasado a la religión romaní es grandemente ofensivo hacia los gitanos. Otro detalle que es ignorado es el nombre mismo de la santa: Sara, a quien los gitanos consideran como la madre del propio pueblo. Y Sara, hasta prueba contraria, fue la madre del pueblo hebreo... Oh, sí, los estudiosos insistentes pueden argumentar que Sara kali es Sarasvati - en tal caso, Brahma es Abraham, por qué no?... Si uno se propone de encontrar coincidencias de nombres, normalmente lo logra.Aún otro detalle es que Sara kali es conocida sólo por los gitanos de Europa occidental (calé y sinti), mientras que todo el grupo de gitanos orientales no sabe nada de ella, y no tiene ninguna leyenda equivalente. La primera mención histórica de Santa Sara es del 1521 c.e. (La leyenda de las Saintes-Maries, por Vincent Philippon), y cuenta de ella como una mujer caritativa que ayudaba la gente recolectando limosnas, lo que alimentó la creencia popular que fuera una gitana. En aquél tiempo, los gitanos estaban en esa región hacía ya mas de un siglo. Ellos adoptaron Sara como la propia santa porque vieron en ella un carácter en común, y porque su nombre era el que ellos reconocían como de la madre del propio pueblo. Como la santa era de piel obscura, la llamaron "e kali", es decir, "la negra" ‒ ¡no es un nombre, es un atributo! Los gitanos de esa región no llegaron allí por la vía de Europa oriental, sino a través de Nord-África, y eran ya cristianos. ¿Dónde habían oído hablar de Sara, Ishtar y Jesús? ¿En los territorios ocupados por los musulmanes? ¿Cómo podían conocer estas cosas, durante el camino desde la India a través del mundo islámico, hasta que llegaron a Europa?Otras tradiciones acerca del origen de la leyenda de Sara kali dicen que era una egipcia que servía a dos mujeres de nombre María (las "Saintes Maries") que eran de las que seguían a Jesús o parientes de su madre, y que habrían llegado a la Camargue por mar.Cualquiera sea el origen de esta leyenda, conduce siempre hacia la Tierra Santa, no hacia la India, y no tiene ninguna característica en común con la Kali india, como algunos tratan inútilmente de demostrar con teorías inverosímiles.

Santa Sara Kali.Tocando un poco el lado religioso del pueblo Rom. Los gitanos prefieren adorar religiosamente a la mujer que al hombre ya que su patrona o su santa se conoce como Sara la de Negro o Sara la Káli, mejor conocida como Santa Sara en la Iglesia Católica; de hecho existen dos leyendas: en una de ellas, la egipcia Sara era sirvienta de María Salomé y María Jacoba, que viajaba con ellas, después de una tormenta, Sara las guió hasta la lejana costa de Francia a través de las estrellas. En la otra leyenda un poco más interesante, Sara era una gitana que acampaba en la costa de Francia cuando se aproximó el barco de las santas María Magdalena y María Salomé, al acercarse a la costa se desató una tormenta y al igual que Cristo, Sara caminó sobre las aguas del mar sin hundirse y llevó a tierra firme la barcaza de las dos santas. Un documento antiguo sobre esta hazaña de Sara cita lo siguiente: «Una de las personas de nuestro pueblo que recibió una de las primeras revelaciones fue Sara la kalí. Ella era de cuna noble y era Matriarca de su tribu en la cuenca del Ródano. Ella conocía los secretos que le habían sido transmitidos... Los gitanos en aquél tiempo practicaban la idolatría, y una vez al año ellos ponían sobre sus hombros la estatua de Ishtari e iban al mar a recibir la bendición allí. Un día Sara tuvo visiones que le informaron que las santas que habían presenciado la muerte de Jesús estaban llegando, y que debía ayudarlas. Sara las vio llegar en una barca. El mar estaba embravecido, y la barca parecía que iba a hundirse. Sara extendió su vestido sobre las aguas y, usándolo como flotador, llegó hasta donde estaban las santas y las ayudó a llegar a la tierra firme».Los gitanos la llaman Sara “la Káli”, que en la lengua gitana significa tanto “la mujer de negro” como “la gitana”. En la cripta de la iglesia de Sainte-Marie de la Mer en la isla Camargue, a orillas del río Ródano, se conserva una estatua de Sara donde se supone que llegaron las dos Marías. Cada año, cientos de gitanos peregrinan a la iglesia. Hasta 1912, solo los gitanos podían entrar en la cripta y en nuestros días todos visitantes puede hacerlo y contemplar este lugar sagrado para los gitanos.El pueblo gitano es muy rico en este tipo de tradiciones, por lo que tratar en un solo artículo este extenso tema sería prácticamente difícil a la vez de inadecuado. Si bien no solo los gitanos cuentan con leyendas oscurantistas o de carácter religioso, el resguardo de su cultura del resto del mundo ha hecho que sea vista de manera única e incomparable a cualquier otra cultura con tradiciones mágicas y esotéricas. En próximos artículos seguiré tratando temas acorde a la cultura gitana. Que Santa Sara los bendiga.

viernes, 21 de noviembre de 2008

EL ARTE FLAMENCO-HOMBRES





Málaga en Flamenco. Teatro Cervantes

EL ARTE FLAMENCO

Málaga en Flamenco. Teatro Cervantes

IMAGEN GITANA

Cueva de María la Canastera. Sacromonte, Granada

LA COCINA GITANA




El pasado día 8 de abril fue el Día Internacional de los Gitanos, por eso y acercando culturas, y como no la gastronómica, vamos a conocer un poco la Cocina Gitana. Reconozco que he conocido a algunos gitanos pero nunca he participado de una comida con ellos, pero no solo eso, sino que desconozco la base principal de su gastronomía, así que, me he puesto a buscar y lo que mas me ha sorprendido es que lo caracteriza su cocina son dos ingredientes : los garbanzos y el azafrán.
La importancia de este último queda patente en un dicho “si la comida no tiene color, siempre hay quien protesta ¡Esto parece una comida de payos!. Los garbanzos en particular y los potajes en general, se debe a la ancestral costumbre gitana de cocinar en las hogueras, con fuego fuerte al principio y acabar con fuego lento, y sobre todo a que la comida tiene que estar bien caliente para combatir el frío y para dar más energía. Podremos decir que se alimentan con muchos vegetales en detrimento de pescado y carne, muy poco consumidos.
Un plato típico en Andalucía, sobre todo en Jerez debido a que es donde mejor se han integrado payos y gitanos, es la Berza Gitana, una de las pocas recetas gitanas que ha pasado de las humildes mesas gitanas a los grandes restaurantes y que sirve también como tapa en muchos bares. En su preparación entra la tagarnina, de la familia de los cardos, que en su momento solo la comían los gitanos, y a su lado los garbanzos, las alubias, 1 codillo entero de cerdo, de magro de cerdo, tocino de papada o panceta, con vetas de carne, morcilla, chorizo, manteca colorá, berza -col verde, apio, pimentón, comino y sal.
Otros platos típicos son Potaje de Nochebuena (a base de habichuelas remojadas, garbanzos remojados y bacalao remojado y un poco desalado); Andrajos (con de patatas, harina, bacalao seco y gambas); Olla Gitana (con garbanzos, calabaza y judías verdes); Olla con Peras (con judía blanca, judía verde, calabaza, almendras, peras y tomates) o los Zarangollos (a base de huevos, patatas, calabacines y cebollas).
¿Y el café?. Para los gitanos invitarte a un café en su casa es darte el reconocimiento de que ya perteneces a la familia, un símbolo de gran amistad. Delante de un café caliente es donde se tratan los asuntos de familia, los negocios y “los acuerdos de matrimonio”. La elaboración de este es muy sencilla, se hierve el agua en una olla y cuando rompe a hervir se añade el café, se deja reposar, se cuela y lo toman bien dulce.
No mucho mas, simplemente hemos querido acercarnos un poquito mas a otras formas de ser, estar y vivir.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

CAMARON EL PADRE DEL CANTE DEL FLAMENCO




La leyenda de Camarón
José Monge Cruz, Camarón de la Isla, nació en San Fernando (Cádiz) el 5 de diciembre de 1950. Fue el segundo de ocho hermanos y apodado "El Camarón" por su pelo rubio. Fué criado tras el calor de la fragua y el compás de la gente canastera. Desde niño ayudó a su padre, gran aficionado al cante flamenco, en la fragua donde trabajaba. A la muerte de éste, la familia pasó por duros apuros económicos, que determinaría la precocidad de Camarón, que desde los siete años comenzará a cantar por las ventas de los alrededores de San Fernando, en especial la Venta Vargas. Cantó junto a Dolores Vargas y la Singla entre otros e hizo varias giras tanto en Europa como en América.
En 1962 ganó el primer premio del Concurso Flamenco del Festival de Montilla (Córdoba) y tras ésto, su primera actuación profesional, en Sevilla, feria de 1963. Antonio Mairena, impresionado al escucharlo por primera vez, hizo que Miguel de los Reyes lo contratara para cantar en Málaga. Ya en Madrid, en el tablao "Torres Bermejas", conocería a Antonio Sánchez, padre de Paco y Pepe de Lucía... Ahí comenzó la leyenda.

jueves, 13 de noviembre de 2008

ACCESORIO FLAMENCO 7

LOS GITANOS CANTAN A LORCA



Los gitanos cantan a Federico García Lorca es un pack de dos cds con un total de 20 canciones cantadas al estilo del flamenco de los poemas de Lorca. Lorca cantó a los gitanos en su Romancero Gitano y en alguno de sus dramas como "Bodas de Sangre". En estos discos, los gitanos y los flamencos cantan a Lorca en un homenaje que combina el flamenco puro con el mestizaje musical. No faltan el Romance del Amargo ni el célebre Romance sonámbulo y su "Verde, que te quiero verde".

NIÑA PASTORI




'No hay quinto malo', último álbum de Niña Pastori y obra definitiva que marca un antes y un después en su música, la madurez de su carrera. Es su disco más personal, más asumido y más arriesgado. Niña Pastori ha participado en la composición de todas las canciones junto a su marido y productor, Julio Jiménez 'Chaboli', hijo de Jeros, el cantante y compositor de Los Chichos fallecido en 1995. Al lado de Niña Pastori y Chaboli están las guitarras de José Miguel Carmona y Juan Carmona, de Ketama, de Diego del Morao y de Paquete; el bajo de Carles Benavent, de Víctor Merlo y del Maka; la batería de Tino Di Geraldo y Angie Bao; la percusión de Luis Dulzaides

MUSICA FLAMENCA



Dos lágrimas es la continuación del exitoso "Lágrimas Negras". En esta ocasión, el cantaor sustituye a Bebo Valdés por otro conocido pianista cubano, Guillermo Rubalcaba. El repertorio del disco, autoproducido por el cantaor mezcla flamenco con boleros, chachachá, copla y tango. Ofrece nuevas versiones de temas como los boleros 'Dos Gardenias' y 'Compromiso' de Antonio Machín, o las coplas 'María de la O' de Rafael de León y 'Dos cruces' de Antonio Molina. Una de las sorpresas del álbum es 'Caruso' de Lucio Dalla, tema que se transforma en un mestizo tango argentino.
Músicos que acompañan a Diego El CigalaPiano: Guillermo Rubalcabaguitarra: Diego del MoraoPercusión: Tata Güines, Changuito y Sabú PorrinaTrompeta: Manuel MachadoContrabajo: Yelsy Heredia


CARMEN AMAYA





La Reina del Sacromonte - Carmen Amaya


En 'La Reina del Sacromonte' recopila algunas de las grabaciones de Carmen Amaya en las que canta y baila acompañada de las guitarras de José y Paco Amaya. Carmen fue una artista internacional que puso su arte y su raza en lo más alto del palmarés flamenco. Bailaora genial, sus brazos eran sarmientos atormentados que provocaban en el aire torbellinos de gracia y de misterio, de duende y de embrujo. Sus manos, palomas morenas e inalcanzables, parecían descoyuntarse en giros inconcebibles mientras que sus pies se movían con un ritmo casi epiléptico, como poseido por todo el compás de toda la raza gitana. Aunque en Carmen el baile fue lo fundamental y a él le debió su fama y su gloria, también cantaba como demuestra las grabaciones que ha dejado, pocas pero en las que se aprecia su buen hacer, con una voz gitana, ronca y tan personal, que de haberse dedicado al cante hubiera tenido mucho que decir.

jueves, 6 de noviembre de 2008

CARTAS DEL PUEBLO GITANO



Juan de Dios Ramírez-Heredia


Desde que tomé conciencia de mi condición de gitano, hace muchos años ya, he intentando transmitir a la sociedad mayoritaria una imagen distinta de la que tradicionalmente se ha tenido de nosotros. Todos mis esfuerzos han ido encaminados a lograr que se nos juzgue por lo que somos y no por lo que otros dicen que somos. Al fin y al cabo no he pretendido otra cosa más que hacer efectivo el principio constitucional del derecho a nuestra propia imagen. A pesar de todo, mucha gente se pregunta: ¿qué quieren los gitanos?, ¿qué les pasa, realmente, a los gitanos?, ¿qué piensan los gitanos de sí mismos?, ¿de verdad, desean los gitanos vivir como los demás?(2) Otras veces, los ciudadanos, en vez de preguntas formulan acusaciones tan graves como:– los gitanos no quieren cambiar sus hábitos de vida;– los gitanos no desean vivir en un piso, como la mayoría de los ciudadanos;– a los gitanos les conviene más permanecer en los suburbios, porque así escapan mejor del control de la policia;– los gitanos desprecian a los "payos" a los que tan sólo utilizan para su propio beneficio. Este libro podría ser el testimonio de mi propia experiencia personal. Hace más de veinticinco años que consagré mi vida a la defensa de los míos. He intentado, en cuantas ocasiones he tenido, poner de manifiesto nuestras inquietudes, nuestras ilusiones y nuestras justas reivindicaciones. En los artículos que he publicado a lo largo de mi vida, en las entrevistas de radio y televisión que me han realizado y, sobre todo, en mis intervenciones parlamentarias, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Parlamento Europeo, he intentado ser portavoz de mi pueblo, de sus ansias por vivir mejor, de sus alegrías y de sus penas, de sus ilusiones y de sus desesperanzas. Mis propias vivencias, lo que aprendí y lo que sufrí en el seno de mi familia, me hicieron iniciar esta lucha en la que yo afirmo, como en su día lo hizo Martín Luther King, que tampoco nosotros podemos esperar.(3) Y así lo he repetido, y lo seguiré repitiendo machaconamente, cada vez que me suba a un estrado, siempre que tenga ante mí un micrófono, cada vez que coja la pluma, o entienda que hay una persona de buena voluntad que se interesa por nuestras cosas. Soy consciente, a pesar de todo, de que nuestra lucha, la lucha del pueblo gitano por conseguir librarse de la miseria en que vive buena parte de su población, tiene dos frentes: uno, lograr la intervención de los poderes públicos para poner fin a tanta miseria y marginación, y dos, que la sociedad, esa masa acéfala que con tanta facilidad critica y repudia lo que no conoce, valore nuestros esfuerzos y cambie radicalmente la falsa opinión que tiene de nosotros. Podría parecer que, a veces, pedimos a los gobiernos más de lo que podemos exigirles. Creemos que la mayoría de nuestros males podrían arreglarse si hubiera voluntad política para que así fuera, y a pesar de que en buena medida esto es así, es decir que de la voluntad política de los gobernantes depende en gran medida la solución a los problemas de los ciudadanos, no por ello desconocemos que de la voluntad personal también depende el que podamos superar la situación de estancamiento en que nos encontramos. A pesar de todo, las situaciones extremas de riqueza o de miseria las hacen posibles los gobiernos con sus políticas de mayor o menor control en el reparto de la riqueza y con los programas de desarrollo social y comunitario que puedan llevar a la práctica. Esta idea la plasmaba con absoluta claridad Robert Kennedy cuando afirmaba que no se puede admitir que los Gobiernos sean tan imparciales y tan libres de responsabilidad que puedan estar al margen de las causas que provocan el rápido enriquecimiento de unos pocos o la miseria más absoluta de muchos. Tal actitud podría poner en duda, incluso la propia legitimidad de esos Gobiernos.(4) Ya en 1820 afirmó Daniel Webster que "hasta el más libre de los gobiernos –caso de que pudiera existir– no sería aceptable, a la larga, si sus leyes tendiesen a producir una rápida acumulación de la propiedad en unas pocas manos, dejando a la gran masa de la población en un estado de dependencia y sin un solo céntimo... El sufragio universal, por ejemplo, no podría perdurar por largo tiempo en una comunidad en la que subsistiese una gran desigualdad en la propiedad." Hoy, cuando nos encontramos con que una élite concienciada de nuestro pueblo es la impulsora de la mayoría de las acciones promocionadoras y reivindicativas que realiza nuestra comunidad, no podemos olvidar a quienes fueron los pioneros en consagrar su vida al pueblo gitano. Me refiero, especialmente, a algunos curas y monjas que hace más de veinticinco años hicieron una opción por los más pobres y desprotegidos. Los gitanos europeos y especialmente los españoles, podemos dar testimonio de los esfuerzos realizados por un sector de la Iglesia católica seriamente comprometido con el Evangelio. En realidad nuestro movimiento de promoción lo iniciaron hombres y mujeres para quienes el mensaje de liberación del cristianismo iba más allá de los ritos y el "stablishment" defendidos por la jerarquía. Los primeros en sentar las bases de lo que debía ser un movimiento organizado, con participación cada vez mayor de los propios gitanos, fueron curas y monjas que en la época franquista fueron considerados como elementos perturbadores y peligrosos para el régimen. Y todo porque hicieron causa común con los más pobres y desprotegidos. Precisamente en 1966 –año en que se celebró la primera convivencia nacional de apostolado gitano, curiosamente reunida en el Valle de los Caídos y promovida por personas consideradas como mínimo molestas por los gobernantes de entonces,– Manuel Jiménez de Parga recogía en una de sus polémicas colaboraciones del semanario Destino, una cita de la revista francesa "Frères du Monde" que decía lo siguiente: "Se da el caso –triste contraste que ha puesto de manifiesto la sociología contemporánea– de que dondequiera que el hombre está crucificado por la pobreza de su condición y por el egoísmo de los privilegios, la Iglesia se encuentra escandalosamente ausente, sin haber sido capaz todavía de ponerse a la altura del Señor, que plantó su tienda de campaña, de una vez por todas, entre los pobres." Y en la página siguiente hallamos una cita de Jacques Maritain: "Mientras la sociedad moderna siga segregando miseria como si fuera un producto de su propia naturaleza, el cristiano no tiene derecho a tomarse ni un minuto de reposo."(5) Aquellas personas, entre las que se encontraban sacerdotes que habían consagrado su vida a la defensa de nuestra causa, supieron comprender, mejor que nadie, la fuerza que emana de la denuncia de los franciscanos franceses en la época dura y difícil de los comienzos de nuestra actividad organizada. Narcìs Prat González, Pedro Artigues, Pedro Closa, Jorge García-Díe, José A. Ferrer Benimeli, Alberto García Ruiz, César Royo, el padre Damián y la madre Milagros de Zaragoza, Francisco Botey, Juan Fernández, Jesús Gutierrez, Emilio Calderón, Pedro Puente y tantos otros, harían muy larga la lista de religiosos y religiosas comprometidos con nuestra causa. La lectura de las cartas que siguen no pueden entenderse si no se hace un esfuerzo por comprender lo que ha sido la vida gitana hasta épocas muy recientes. Y aunque es verdad que los gitanos españoles hemos conocido formas de persecución distintas de las de los gitanos del resto de Europa, especialmente en los dos últimos siglos, no es menos cierto que todos hemos sufrido un acoso inhumano y degradante propio del que se practicaba en los tiempos remotos de la Humanidad. La institución de la esclavitud ha perdurado hasta no hace demasiado tiempo. Algunos de nuestros hermanos todavía fueron esclavos en Rumanía en la segunda mitad del siglo pasado. Y si es cierto que los pueblos no pierden la memoria histórica el pueblo gitano debe tener muy presente que a lo largo de muchos siglos, se le pretendió esclavizar de mil formas distintas. Fueron esclavos de señores feudales cuando los hacían prisioneros en su éxodo desde la India hasta Europa. En nuestro país se les esclavizó condenándolos a vivir en determinados municipios de los que no podían salir bajo la amenaza de severísimas penas. Las Pragmáticas de los soberanos europeos les condenaban a tener señores a quienes servir, nuestras autoridades del siglo XVI y XVII les condenaban a remar en las galeras reales...
Canté para los esclavos,– proclamó soberbiamente Pablo Neruda–ellos sobre los barcoscomo el racimo oscuro del árbol de la iraviajaron, y en el puerto se desangró el navíodejándonos el peso de una sangre robada.
Y hoy vivimos esclavizados cuando se nos condena a la cruel marginación que representa el no poder salir del estado de miseria que impera en los suburbios y en los ghettos de nuestras grandes ciudades. Y de nuevo resuena en nuestros oídos la voz del genial poeta:
Yo canté para aquellos que no tenían voz.Mi voz golpeó las puertas hasta entonces cerradaspara que, combatiendo, la Libertad entrase.
La libertad es una conquista reciente de una parte de la Humanidad. Aún existen pueblos que perviven bajo el yugo de la esclavitud en algunos lugares del planeta. Esclavitud que no sólo adquiere la forma primitiva en la que el dueño disponía de la vida del esclavo y de la de su familia, sino que se manifiesta en la utilización del hombre para las tareas más duras y degradantes. Para algunos seres humanos los tiempos han cambiado muy poco. Sea en los países del Africa tercermundista, en las selvas vírgenes de América, o en el seno de nuestra industrializada y comunitaria Europa, todavía hay quien piensa como Aristóteles –aunque éste naciera 400 años antes de Jesucristo,– que "la utilidad de los animales domesticados y la de los esclavos son poco más o menos del mismo género. Unos y otros nos ayudan con el auxilio de sus fuerzas corporales a satisfacer las necesidades de nuestra existencia. La naturaleza misma lo quiere así, puesto que hace los cuerpos de los hombres libres diferentes de los de los esclavos, dando a éstos el vigor necesario para las obras penosas de la sociedad, y haciendo, por lo contrario, a los primeros incapaces de doblar su erguido cuerpo para dedicarse a trabajos duros, y destinándolos solamente a las funciones de la vida civil, repartida para ellos entre las ocupaciones de la guerra y las de la paz.(6) Las páginas que siguen contienen un testimonio de especial valor para demostrar cuáles son las inquietudes actuales del pueblo gitano. Por encima de lo que podamos decir quienes de una forma u otra estamos en la vanguardia del movimiento gitano, el lector tiene entre las manos la voz del pueblo sencillo que se manifiesta libremente cuando sabe que, con confianza, se dirige a quien cree que puede entenderle y ayudarle. Posiblemente la lectura de estas cartas ratifique en su pensamiento a quienes sostienen que el pueblo gitano no es mejor ni peor que el resto de los pueblos de la tierra. Que en el seno de nuestra comunidad se dan las mismas miserias y grandezas que puedan darse en cualquier otro colectivo humano y que, por lo tanto, sería como mínimo ingenuo pretender medir a todos los gitanos por el mismo rasero. Si el contenido de este libro contribuye a la reafirmación de estas premisas me daré por muy satisfecho. Por el contrario, sé muy bien que difícilmente vamos a convencer a los racistas, a los que están llenos de prejuicios, a los que están convencidos de "su verdad" y desprecian, por ignorantes, los argumentos que discrepan de los suyos. Estoy convencido de que a los amantes de las dictaduras, a los del "garrote y tente tieso", a los que añoran tiempos pasados de falta de libertades y de democracia, estos argumentos de nada les servirán. La venda que tienen ante los ojos nos les deja ver más allá de sus propias narices. En definitiva esos argumentos racistas y segregadores son propios de los fascistas, amantes de las dictaduras y del orden impuesto por la fuerza de las armas, del miedo o de la represión. El verdadero demócrata, como dice el autor inglés Ivor Jennings, en todo momento sospecha que no tiene siempre la razón. Este libro, obviamente, sólo podrá ser entendido, pues, por los verdaderos demócratas de nuestro país.